Desmandilado

Desmandilado, o como decía mi abuela, "desmandilao".
Palabra eterna, grabada en mi memoria.
Un eco de regaños, de amor disfrazado,
de discusiones entre madre e hijo,
donde el rebelde que fui,
solo quería sentirse distinto,
romper la norma, estar cómodo,
ser yo.

Hoy me cuesta entender
las mil razones que tuvo ese niño,
ese joven testarudo
que nadaba contra la corriente.
¿Era por atención? ¿Por rebeldía?
No lo sé.
Solo recuerdo la lucha constante,
tú enseñándome el orden,
el aseo, la buena imagen,
y yo corriendo descalzo,
con la camisa fuera del pantalón,
la cabeza despeinada
y el alma libre.

Zapatos limpios,
faldas por dentro,
estar peinado,
vestirme bien,
hablar con educación,
sentarme derecho,
no alzar la voz,
quedarme quedito.
Torturas, pensaba entonces.
Hoy entiendo: eran tus formas de amor.

Escribo esto con ternura,
con ese amor maduro
que nace cuando uno por fin ve claro.
La madre que me dio todo,
que se esforzó más allá de lo posible,
que creyó en mí incluso cuando
yo no sabía quién era.
Estabas ahí,
defendiéndome,
guiándome,
amándome.

Con tus uñas, tu sudor,
poco a poco nos diste una vida mejor
y nosotros no podíamos verlo.
Perdón, mamá,
por los dolores de cabeza,
por no entender,
por no saber.

Hoy te miro con admiración.
Y con un poco de dolor,
porque sé que tus ojos merecen
haber visto más colores,
más mundos,
más sueños realizados.
En ese país de las maravillas
te imagino bailando,
pintando como la gran artista que eres.

Viajo el mundo pensándote,
con pocas palabras en la boca
pero muchas en el pecho.
Y por eso escribo.
Escribo y escribo,
porque esto necesita salir de mí
y llegar a ti.

Mis manos te tocan con amor,
mi amor se envuelve en gratitud,
en sabiduría,
en entendimiento.
Soy tu sangre y tu fuerza.
Y si un día no tienes ganas,
yo te presto las mías.
Si tus manos fallan,
las mías harán por ti.
Si tus piernas no caminan,
yo caminaré por vos.

Metafóricamente hablando,
la vida que hoy vivo y valoro
es gracias al sudor de tu frente
y al amor inquebrantable de tu alma.

Hoy me educo solo,
y entiendo.
Entiendo por qué era importante vestirme bien,
saber cómo tratar a los demás,
respetar lo que se me enseñó.

Soy tu esencia
y también ese loco,
ese salvaje
al que le diste abrigo
y, lo más importante,
una base segura.

Porque sin una base segura,
los pajaritos no vuelan.

Te amo, mamá.

Angustiado

¿Es un recuerdo o un trauma?
Esta sensación que me deja un sabor extraño,
que me alerta,
que me empuja a huir.
¿Pero a qué huimos,
sino a nuestra propia sombra?
Siempre con nosotros,
siempre siguiéndonos,
siempre ahí,
como un eco oscuro en la piel.

Irrelevante.
Mi mente está congelada,
mis manos, mi cuerpo.
¿Ayuda? No.
Venimos de la montaña,
donde los árboles son amigos
y la mayor fortaleza
es el corazón.

Estoy harto de fingir.
De aparentar que estoy mal,
que tengo problemas,
que soy pobre.
No.
No soy nada de eso.
Eso es lo que quieren que sea,
un mendigo de la pena ajena,
un estúpido reconforte
para los que necesitan
verme caer.

No, no y no.
Ya me cansé.
Renuncio a ese trabajo mal pagado,
que me desvalora,
que me manipula,
que me arrastra al hoyo negro
de la estupidez.

No soy menos de lo que creo,
ni más de lo que puedo llegar a ser.
Soy suficiente.
Amor, salud, prosperidad.
Soy la grandeza de un ser
que se ríe del mundo,
de su sombra,
con ella y para ella.

Porque en este mundo
ya no queda espacio para el odio.
En mi mundo,
la gente elige ser quien quiere ser.
En mi mundo,
yo importo.
En mi mundo,
tú eres amado,
especial,
al igual que yo.

En mi mundo,
los sueños no se agotan.
En mi mundo,
la libertad es la mayor muestra de fe,
fe en que mi mundo existe
y es real.

Angustia.
Por los días perdidos,
semanas y años.
Angustia.
Por sentirme equivocado
en un cuerpo que no es el mío,
en una cáscara vacía,
irónica, ilusoria.

Amor y odio.
Fuego y rabia.
Dolor y contención.
No sé ya qué digo con estas palabras,
mi mente está cansada
de fingir ser quien no soy
y ser castigado por ello.

Hoy me libero.
Hoy decido ser el pájaro
que dejaron libre,
y sin miedo
vuela hacia las nubes
en busca del amor
que tanto soñó.

Días sin escribir

Llevo varios días sin escribir, sin entender lo que mis palabras buscan. Pero hoy recuerdo que para mojarse solo basta con tener un cuerpo, tirarse al agua, o dejar que la lluvia caiga y toque mi piel. Gota a gota, me recuerdo como la vida pasa frente a mis ojos con total majestuosidad, sin entender en ese momento que la respuesta estaba ahí. Al niño que fui le digo que nunca estuvo solo, que nació siendo especial, importante y fundamental. Para el orden, para el caos, para la vida. Todo es necesario. Hasta el dolor. Hoy, esa necesidad de aprobación solo es un eco de la falta de amor propio que no supe entender, y que ya se fué. Se fué porque me amo, porque entiendo que soy amado y que la vida es un regalo de amor. Hoy entiendo que la belleza está ante mis ojos, y que el goce de sentir me recuerda que solo hay una cosa por hacer: dejarlo ir. 
Soy libre de sufrimiento. Porque elijo serlo. Porque puedo. Porque me amo. Hoy soy el maestro que una vez necesité, y estoy aquí para tomar la responsabilidad de mi poder. A ti, quien lee, quien escribe, quien siente, despierta! No hay nada más allá que el dolor de no soltar lo que nos daña. Absurdismos ocultos, ciegos y pasajeros. Oh, Abraxas, tu poder es efímero, y se esfuma en las gotas de lluvia que tocan mi piel.

La mujer que busco

Valoro la autenticidad,  
esa luz que nace cuando alguien  
no teme ser quien es,  
cuando se abraza en su verdad,  
cuando se atreve a ser vulnerable,  
a expresarse, a sentir, a vivir.  
Eso me encanta, me atrae, me llama.  

Quiero a quien lucha por sus sueños,  
a quien no espera, sino que actúa,  
a quien me busca, me desea,  
y lo dice con la boca y con el alma.  
Qué rico es ser deseado,  
qué dulce es amar y ser amado,  
y que el amor se demuestre  
en cada gesto, en cada instante.  

La comida es un acto de amor,  
cocinar y que me cocinen,  
un ritual que habla de cuidado,  
de tiempo, de entrega.  
Y aunque aborrezco la violencia,  
comprendo que la vida exige  
agresividad para alcanzar metas,  
pero siempre con respeto,  
siempre con consentimiento.  

Quiero a quien esté conmigo  
porque quiere, no por necesidad,  
consciente, presente, sobria.  
Que valore lo que somos,  
que fluya con compromiso,  
que responda con interés,  
con respeto, con responsabilidad.  

Me atrae la pasión en todo lo que haces,  
el movimiento, las metas, los proyectos,  
esa chispa que te hace inteligente,  
que te hace vibrar,  
que te lleva a nutrir tu cuerpo y tu alma,  
a bailar, a cantar, a crear,  
a disfrutar la música, el arte, la vida.  

Quiero a una mujer sexy y sensual,  
que disfrute su sexualidad  
con seguridad, con cuidado, con presencia,  
que se exprese libremente,  
sin miedos, sin ataduras.  
Que sea autónoma, que valore su espacio,  
que pueda estar sola sin temor,  
que me necesite, pero no siempre,  
que me elija cada día,  
sin obligación, sin presión.  

Quiero una compañera,  
con quien hablar sea fácil y profundo,  
con quien compartir ideas, preguntas,  
aprender de ti, crecer contigo.  
Una mujer que me impulse a ser mejor,  
a descubrir mis potenciales,  
a perseguir mis metas,  
que me aconseje, me motive,  
que me acompañe en las buenas y en las malas,  
que me ame y me acepte tal como soy.  

Quiero a alguien auténtica,  
honesta consigo misma,  
que no finja, que no se esconda,  
que se permita ser ella,  
conmigo o sin mí.  
Que se deje sentir,  
que viva el amor en honestidad,  
que amemos libremente,  
sin expectativas,  
sin esperar nada a cambio.  

Esa, la mujer que busco,  
la que sueño, la que anhelo.  
Y cuando la encuentre,  
sabré que eras tú,  
porque en sus ojos veré  
el reflejo de todo lo que escribo aquí,  
y en tu alma, el eco de este poema.  

Te espero.

Carta a mi padre

Era una noche de octubre, allá por el 2019.
Estábamos en Medellín, agotados tras un viaje lleno de infortunios.
El bus se había varado, llovía a cántaros y yo estaba enfermo.
Me dolía el cuerpo, me dolía el alma.

Mi padre, después de más de una década, hacía su primer viaje al extranjero.
Venía a verme, a acompañarme.
Ninguno de los dos sabía lo que estaba por venir,
pero aun así nos embarcamos en la aventura.

Entonces llegó la noticia.
No podía creerlo.
Sentí cómo mi corazón se resquebrajaba,
como cristal golpeado por un vendaval.
Las lágrimas caían sin control, empapando la cama, la ropa, su espalda.
Lloraba con un dolor que me desgarraba por dentro.

Y él estaba ahí.
A su manera, abrazándome, sosteniéndome, sin soltarme.

El llanto me ahogaba y, al verlo llorar, le pregunté:
—¿Y usted por qué llora?
Me miró con los ojos empañados y respondió:
—Porque tu dolor es mi dolor.

En ese instante, entre la tormenta,
descubrí lo que significa el amor de un padre.
Ese amor que no necesita palabras,
que duele cuando tú sufres,
que llora cuando tú caes.

Gracias, papá, por ser mi refugio en la oscuridad,
por sostenerme cuando me rompí en pedazos.
Ese dolor que pocos entienden, incluso tú,
pero que abrazaste sin cuestionar.

Recuerdo ese momento con gratitud.
Tus lágrimas, de un hombre fuerte, puro y sincero,
se mezclaban con las mías.
Lágrimas de un padre que carga con su propio dolor,
pero que aun así encuentra fuerzas para sostener el de su hijo.

Y en medio de todo, hiciste lo que mejor sabías hacer:
cuidarme a tu manera.
Con tus palabras torpes pero honestas,
con tus chistes inapropiados que buscaban robarme una sonrisa,
y con ese gesto silencioso que nunca olvidaré.

No querías que tomara esa cerveza.
No lo aprobabas.
Pero sabías que la necesitaba.
Así que, con el alma dividida entre el querer y el comprender,
me la compraste sin decir una palabra.
No por la cerveza en sí, sino porque entendiste
que en ese momento lo que más necesitaba
no era un consejo ni una prohibición,
sino sentir que estabas ahí, a mi lado, sin juzgarme.

Gracias, papá, por darme lo mejor de ti
para ayudarme a encontrar lo mejor de mí.
Por tus abrazos, por tus lágrimas,
por ser el escudo que protegió mi dolor
cuando yo ya no podía sostenerlo solo.

Hoy, a miles de kilómetros de ti,
te escribo con los ojos empañados
y las manos sobre el pecho.
Para decirte que siempre estarás en mi vida.

Gracias por ser el amor de padre que me sostiene,
gracias por ser mi papá.

Te amo.

El hombre que soy

Soy un hombre sensible,
ligero como el viento,
amoroso en mi esencia,
atento al detalle, presente en el momento.

No pierdo mi tiempo donde no hay interés,
pero el respeto guía mi ser,
la calma y la inteligencia
son mi forma de responder.

Soy astuto y coherente,
mi voz lleva verdad y confianza,
mi mirada se encuentra con la tuya,
mi sonrisa fluye, mi cuerpo danza.

Soy natural y sincero,
elijo lo que me nutre y lo que amo,
mi cuerpo es mi templo,
mi alimento, mi descanso, mi cuidado.

Soy un hombre de valor,
camino con seguridad y calma,
abrazo lo que soy,
me acepto, me amo, me salvo.

Disfruto mi sexualidad,
el fuego del tacto y los besos,
la energía que se transforma
en creación, en vida, en deseo.

Firme, fuerte y sensible,
mi virtud es ser yo mismo,
y en mi camino de superación,
guío a otros con mi instinto.

Fluyo con la vida, con el arte,
me muevo, danzo, respiro,
la música vibra en mi piel,
soy arte en movimiento, en latido.

Soy un hombre consciente,
conectado con la tierra y el cosmos,
respiro, medito, pregunto,
exploro la mente, el alma y lo hondo.

Rechazo lo impuesto, lo injusto,
el yugo que oprime y limita,
defiendo la libertad de ser,
de sentir, de amar sin medida.

Sueño con un mundo humano,
consciente, amoroso y justo,
construyo mi casa, mi tierra,
protejo el ambiente, lo vivo y lo busco.

Soy un hombre en camino,
una fuerza, una idea, un latido,
soy lo que soy, lo que quiero,
y en mi esencia, soy suficiente.

Y el amor adónde fue?

Quizá el amor no es para mí.
El amor romántico, de pareja.
Aquel que quiero sin decirlo, escribo estos textos para explicar el si.
De no entender mi sonrisa cuando te veo, sonrisa que marca mi rostro de oreja a oreja.

Con nostalgia pienso que la dificultad de ser real se pierde en tus abrazos.
Sin entender por qué, de ellos caí preso.
Te amo sin entender por qué, si solo fue algo pasajero, o algo que quedó en mis venas, en mis manos.
Te amo sin saber porque, si el amor no es para mí.

Engañados

Me encuentro meditando sobre la soledad del ser, desde que nace, se reproduce y muere. Si es que se reproduce, si es que muere. Eso no importa ya, lo que importa es hacer algo con el nacimiento, sin responsabilidad absurda de haberlo elegido, pero con la responsabilidad compleja de ponerle el pecho. A la vida, a las balas, al dolor. Que somos si no ese dolor que causan nuestras acciones, desde el pensar hasta el extrañar. Aquí en extrañamos si no a nosotros mismos, a lo que perdimos en el proceso de reproducir y morir. Que vamos a reproducir si no el dolor? Antes de ello me exilio en un auxilio ahogado, callado por calmar, la calma, el mar. Ahí está mi potestad. Y morir para que, si no se vive, si aquello que creemos vivir esta excluido en nuestro pensamiento. Extrañamos no ser mas esa fuente de libertad de nuestros propios deseos, reprimidos estamos en la superficialidad de lo absurdo, lo cultural, lo social, lo sistémico, lo inconsciente, lo impropio, el ego. Maldito ego, mi alma no te pertenece, aún sacándome las tripas incontablente, tomaré de ese fuego que me hace sentir libre, porque se que el fuego no quema. No tengas miedo águila desplumada, que cambiando de piel las serpientes renacen. 

Autosanacion y terapia

Hoy en día, muchas personas siguen viendo la terapia con cierto tabú. Algunos creen que es solo para quienes tienen demencia o problemas psicológicos graves, como si fuera una última opción en lugar de una herramienta de crecimiento personal. Afortunadamente, la sociedad está evolucionando en su comprensión de la salud mental, aceptando que es tan esencial para el bienestar como la salud física. Sin embargo, aún queda trabajo por hacer para eliminar este estigma.

Así como vamos al dentista para revisar nuestros dientes o al gimnasio para mantenernos en forma, la psicoterapia debería ser vista como un hábito que fortalece nuestra mente y nuestras emociones. No esperamos a tener caries para visitar al dentista, ni a estar completamente fuera de forma para empezar a hacer ejercicio. ¿Por qué esperar a tocar fondo para cuidar nuestra salud mental?

En mi caso, decidí ir a terapia cuando me di cuenta de que algunas cosas en las que intentaba trabajar por mi cuenta me resultaban demasiado difíciles. A menudo confiamos en nuestros amigos o familiares para apoyo emocional, y aunque su ayuda es valiosa, no siempre es suficiente. No porque no quieran ayudarnos, sino porque no tienen la formación profesional para hacerlo de manera efectiva. A veces, sin querer, pueden reforzar patrones dañinos o minimizar aquello que realmente necesitamos procesar.

Como arquitecto, entiendo la mentalidad de querer hacer todo uno mismo, de buscar lo más rápido y barato. Pero, como dicen, “lo barato sale caro”. Claro, esto no significa que lo caro sea siempre mejor, porque en todas las profesiones hay buenos y malos profesionales. Hay arquitectos mediocres y arquitectos brillantes; lo mismo ocurre con los psicólogos y terapeutas. Lo importante es entender que encontrar el adecuado para ti es un proceso. Si tienes suerte, darás con un buen terapeuta a la primera. Si no, sigue buscando. Lo mismo pasa en cualquier campo: hay días buenos y malos, personas comprometidas y otras que solo cumplen con su trabajo. Al final, somos humanos.

Pero más allá de elegir un buen terapeuta, lo que quiero resaltar es cómo se siente el proceso de terapia.

Imagina que al nacer te dan una botella de vidrio grande. Cada experiencia que vives es como un pequeño papelito que introduces en ella. Hay papelitos de todos los colores y texturas: algunos brillantes y vibrantes, otros oscuros y ásperos. Sin darte cuenta, sigues llenando la botella con cada vivencia, apilando recuerdos, emociones y traumas.

Con el tiempo, la botella se llena. Pero al estar tan cargada, no puedes meter más papelitos sin sacar algunos primero. Sin una guía, podrías extraer al azar los coloridos y felices, dejando los oscuros dentro, apilados en el fondo donde no se ven… pero siguen ahí.

Aquí es donde entra la terapia. Es el proceso de sacar estos papelitos de manera consciente. Es revisarlos, entenderlos y decidir qué hacer con ellos. Algunos los desecharemos, otros los integraremos con una nueva perspectiva. A veces, al sacarlos, reiremos y agradeceremos. Otras veces, dolerá, lloraremos, y también agradeceremos, porque incluso lo doloroso nos ayuda a crecer.

Con la guía adecuada, este proceso se vuelve más llevadero, menos aterrador y, con el tiempo, incluso placentero. Nos damos el permiso de limpiar nuestra botella, de hacer espacio para nuevos papelitos más significativos y hermosos. Y lo mejor de todo: aprendemos a hacerlo solos, para que cuando la botella vuelva a llenarse, sepamos gestionarla sin miedo.

Eso es vivir. No se trata de evitar experiencias, sino de darles un lugar, de aprender a manejar lo que llevamos dentro. Porque entre más espacio tengamos en nuestra botella, más vivencias podremos atesorar.

3 razones para ser sincero

La sinceridad tiene una parte intrínseca en la identidad, en lo que somos, o en lo que creemos que somos. Algunos dicen que solo somos un reflejo del otro. Ya que la identificación de un otro, nos separa de la otredad, nos identifica. Ya abran otros que hablaron del tema, con profundidad científica como Ortega y Gasset pero no nos adentraremos en debates sin fin acá. La capacidad para ser uno mismo proviene de la aceptación del yo dentro de un mundo lleno de otros, entendiendo que nuestro valor proviene de la unidad del ser. Osea, la esencia de existir. En esta esencia, podemos entender que no hay nadie igual, y que tu unidad representa un valor excepcional en la completación del todo. Por ello, la razón 1 para ser sincero es que ser nosotros mismos, es asumir la responsabilidad de nuestra unidad, la cual se vuelve una oportunidad maravillosa en expresar algo único e inigualable, especial y puro. La perfección, vista desde este modo, nos define a cada ser como perfectos, perfectos en nuestra individualidad. Somos y tenemos lo que perfectamente está, y es único. Por ello, la segunda razón para ser sincero es la experiencia de sentir. Esta unidad y punto de vista, nos define como individuos completamente internos en un mundo externo. Un mundo donde lo que experimentamos y vivenciamos es propio de cada ser. Aunque compartamos experiencias físicamente, la manera en que cada quien la intérprete es diferente y única, de tu cuerpo, de tu ser, de tu vida. Por eso, disfruta este regalo al ser sincero con tu vida, con tu ser y con tu esencia, vive y experimenta. La tercera razón para ser sincero es la impermanencia, así a como somos seres únicos, que experimentan su propia realidad, nos encontramos en un tiempo y espacio definido y relativo. La impermanencia nos enseña que nada es permanente, y que todo cambia, véase como se vea, la realidad de nuestra existencia es temporal, y vale la pena disfrutarla, con la sinceridad de que está visa es única, certera y hermosa. Son solo 3 reglas, son solo 3 formas, son solo pensamientos de un individuo que cree en su colectividad y en que la individualidad del ser único se representa, se experimenta y se contiene en un todo, que posee las mismas características. Somos infinito, todo y una parte. Somos tu y yo. 

La disposición de sentir

Tu y yo, ambos, seres humanos, seres vivos, tenemos el privilegio corporal del sentir. Del ser y sentirse, en cuerpo y espacio. Este sentir, nos llena de emociones, de aprendizajes y experiencias, y muchos sentires se podrían definir como agradables o desagradables, algunos neutros. Socialmente, y por cierta lógica, los sentires desagradables se rechazan, sin entender que es parte del ser, de vivir. Este rechazo nos conduce a sufrir, por evitar algo meramente natural, humano. Nadie es perfecto, y esta idea de perfección, nos definimos por la idea de que tantos sentires agradables o desagradables experimentamos, siendo los agradables la categoría para definir que tan perfectos, felices o desarrollados estamos. Lo irónico, es que entender este humanismo, nos lleva a abrazar ese dolor desde el aprendizaje y la naturaleza, siendo la aceptación del dolor la cura del sufrimiento. En esta cultura de la velocidad, de la ignorancia y el des-sentir, bloqueamos al cuerpo, al dolor, y lo drogamos. Nos desconectamos con el. Pero como sanamos esto? Entre dualismos nos dividimos en dos, mal y bien, blanco y negro, masculino y femenino, orden y caos, Ying y yang... Que problema, que el todo del Tao sea malinterpretado en extremos, cuando el todo está integrado en si mismo. Y el ser es parte de ese todo, nuestra parte es el todo y el todo es la parte. Somos lo que cuidamos, y nuestro cuerpo es parte del cuido. Sentimos y queremos sentir cosas hermosas, felices, sanas, pero todo eso es temporal, y aferrarse a lo bueno nos causa sufrimiento, simple. Pero lo que nos causa dolor, al igual, es temporal, y negarlo nos causa sufrimiento. Porque estamos en contra del verdadero sentir, de la naturaleza del ser, del cuerpo. Por eso propongo el sentir como disposición de recibir aquello que es natural, sentir dolor, sufrimiento, cuando nos toca. Aceptarlo e integrarlo. Aprender de el. Porque aceptarlo libera, y el dolor que parece eterno desaparece, se vuelve parte de nuestro ser. Y no un viajero que nos trae incomodidad, del cual queremos huir. Viajamos con el, y le damos hogar. Nos disponemos a sentir. A ser humanos. A ser cuerpo. A ser. 

Enganchado a la pantalla

Escribo estas líneas , con mis ojos cansados, secos y mi mente envuelta en polvo, sucio, con olor a carmín. Diría que es porque trabajo frente a una computadora la mayoría de mi tiempo, pero no, a veces creo que eso es un escape a la fantasiosa realidad a la que hemos sido expuestos: el celular. Si los números hablaran, diría que estoy cansado del trabajo, de las horas sentado frente a ese ordenador, tomándome breaks para mirar el celular, desesperadamente, tal vez cada 10 o 15 minutos, como si de una dosis se tratara, que sino moriré, una distracción, una distracción que se ha vuelto como harina azucarada envuelta en alucinógenos. Que mierdas hablo, pero si mi mente, la que conozco, no funciona como se que funcionaría, no está a mi 100%, me distraigo fácilmente, me desconcentro, me cuesta recordar cosas. He mejorado, me he puesto límites, soy un ser irónicamente estricto, que con su estructura se hace daño a si mismo, como si de un alacrán que se pica a si mismo se tratara. Y no creo que tenga sentido lo que escribo, sin más, entiendo que la literatura no está en mis mayores cualidades escribo constantemente para desistir de esta idea. A través de una pantalla, si, pero al menos es blanco y negro, sin anuncios y música de mierda, sin colores excitantes y cuerpos perfectos. O pura perfección, aquella que es apreciada a través de una pantalla. Ya mi coherencia de ha ido, esfumado en el matiz del olvido, aquel que deje en los primeros textos que escribí, por razón, por pasión, y por amor. Hoy escribo por prescripción, psicológica y terapéutica, para ayudarme a no volverme loco, o bien, reafirmar esa locura en letras. Maldito orden que no se define, al final, se trata de quien lo aprecia, detrás de otra pantalla, o al frente de ella. Estos espejos paralelos nos enganchan en una realidad metaversada, que afecta nuestro inconsciente animal, sin evolucionar, y le hace secretar hormonas como si fiesta de navidad se tratase. Aún recuerdo la pasión e ilusión que me causaban dichas fechas. Hoy? Solo un día más. Comer, comprar, celebrar. Detrás de una pantalla. Nos miramos pero no nos sentimos. Nos tocamos pero no lo sentimos. Nos pensamos pero sin sentir. Nos imaginamos sintiendo, sin sentir que lo estamos perdiendo, enganchados a una pantalla, dejamos ir lo más bello, lo más preciado, nuestra digna percepción de la realidad, de vivir, de sentir. No hay peor ciego que el que no quiera ver, ni peor muerto que viva. Que desperdicio, que euforia, que molestia. Y esto para que? Para enriquecer a personas egoístas, a quien no le importas ni importaras. El dinero, el producto, el consumo, el desecho. Eso somos a través de una pantalla. Mis ojos secos, sin lágrimas, se pierden en el dolor de estar dormidos queriendo estar despiertos. Soy consciente, y sin embargo, me olvido. 

Descontento

Miro el cielo, y recuerdo la inmensidad de lo que nos contiene. Tan fácil es perderse en la rutina, en el desconecte, puto desconecte. Amor y envidia nos llena de veneno. Ilógico claro, pero explicó a continuación, la admiración de existir en lo que se desea, en la pasión de nuestra imagen, buscando representar los sueños apagados de nuestra imaginación. Amor nace del mero hecho de existir, de lo que buscamos, de lo que necesitamos, de lo que somos. En esta constante búsqueda, la sociedad nos ofrece una impaciencia, la urgencia de trabajar, de ir y venir. No encuentro una sola razón para entrar en sintonía con esta demencia capital de consumir-nos. En la búsqueda de este amor, vemos el reflejo de lo que deberíamos alcanzar, un debería irreal y absurdo. Que me frustra y me enoja. Pero este enojo de donde viene? No, la máscara del enojo me la quité hace mucho, aunque lo siento, el enojo proviene del miedo. Miedo a no ser suficiente. Maldita sea, volver y volver al lugar del inicio, a la aprobación de terrenos conquistados. Por quién? Por el más fuerte? Por el más sangriento? Por el más egoísta? Por el más capital? Por el más más. Más que todo está mal porque esto es solo una suma de nuestra esencia, y el desbalance de los pensares se siente. Buscar ser el que no soy. Tanto deseo de dejar esto y seguir haciéndolo. Ver gente que puede y sentir que yo no. Pero saber que si. Saberme bien, tener miedo a ser ese cielo inmenso, a derretirme en el aire que respiro, y soltar. 

Tierra y fuego

Soy tierra y soy fuego, energías sublimes que guían mi camino. Origen de la montaña, de seno de la madre tierra que engendra las raíces de nuestro vivir. Con mi fuego destruyo y con mi tierra creo, adentrándose cada más en la fiera esencia de mi ser. Fuego que arde y quema, derrite y destruye. Tierra que enjendra, crea y protege.
Mi fuego me dice que corra, mi tierra que camine. Mi fuego me dice que no lo piense, mi tierra me dice que lo medite. Mi fuego me dice que explote, mi tierra me dice que respire. Entre la constante lucha dentro de mi ser no encuentro el equilibrio que necesito para entender mi ser. Tal vez sea el agua que me falta, o el aire que omito, lo que necesita mi calma. Tal vez sea tu sonrisa innata acompañada de un abrazo lo que necesita mi alma. Tal vez solo sea el calor de un atardecer acompañado de un arcoiris. Mi ser, mi planta, la que no tiene control, en el fuego intenso de mi amor desaparece sin saber hacia dónde expandirse. Solo quiero ser, ser hoy, ser mañana, ser, no se qué ser. Cuánto queda de este amanecer para poder vel la luna renacer. Allá siguen mis dolores, enterrados bajo tierra. Deseando ser desterrados de tanto misterios y creando frutos del imperio astral, si, la locura de mis palabras no tienen coherencia cósmica, ni se qué digo, mi tierra me dice que me espere. Mi fuego me dice que lo haga. Agua, aire. También son parte de mi, pero no sé cómo sostenerlos. El aire expande mi fuego, el agua inunda mis tierras. La balanza no está completa, si es que existe. Y a raíz de esto solo puedo recordar aquella vez que soñe volar en una almohada, observando paisajes paradisíacos, cascadas impresionantes, naturaleza brillante, verde y sensible. Amor. Amor a mi mismo. Amor a todo lo que tengo. Amor a lo que me rodea. Amor a lo que soy. Amor a lo que tengo. Amor a la vida. Amor a la muerte. Amor al amor. Amor al fuego y a la tierra. Amor al sol y a la luna. Amor a ti. Amor a tus labios. Amor a tus caricias. Amor a tu piel. Amor a lo que soy.

El deseo de cambiar

Desde mis entrañas, muy profundo de mi ser encuentro el deseo de cambiar, de entender que es la vida, respuesta que he encontrado, cambio constante, impermanencia del ser.
Pero en este deseo, no me encuentro a mi, siendo quien quiero ser, sino luchando por no sufrir de mis propias derrotas, del dolor causado por mis expectativas. Expectativas que me digo a mi mismo, para que tenerlas si todo cambia, e imposible de saberlo. 
Aunque, de saber lo sabemos, en nuestras entrañas, nuestros instintos, nuestros corazones, sabios e immortales tienen la respuesta que andamos buscando. 
El problema es el dolor que sienten, ganas de huir de la superficie, de lo superficial, que nos daña, que nos duele. Pero que nos reconforta la soledad de amar más aquello que nos ama. 
Muy bonitas suenas, se leen estas palabras. Pero no es fácil, el sufrimiento en soledad es un mal que nos acontece a todos, la verdadera pandemia es la falta de amor propio, del desamor y del odio. 
Odio al ser humano, amor a la vida, sin entender que ser es vivir, y es gracias a la vida que podemos ser. Sentirnos vivos. Sentir la vida. 
Y es que nada de esto tiene sentido, cuanto más escribo más me rompo. En confusiones internas. Quiero cambiar, amo cambiar cambio. Pero eso que está ahí, a lo que me aferro, a lo que me causa sufrimiento. Lo abrazó con odio, sabiendo que no me lo merezco, pero que esté odio colectivo me hace sentirme propio del castigo autoasumido. Entre el hambre y la devolución de sentirme libre, me siento atrapado en este mismo deseo de cambiar. De controlar. De extorsión... Que putas somos? Es la esencia lo que me hace sentir pleno. Pleno.
A plena vista encuentro estas palabras sintiéndome en el pecho, tocando el lecho de mi muerte descubro paraísos inexistentes, creo que amor y el odio, lo elijo y lo protejo. Lo hago mío, cuando nada lo es. Odio, odio, y más odio. El poder de cambiar esto en amor, no hay más. A 

La primera vez

La primera vez, siempre linda y mágica. Recuerdo esa mirada en tus ojos, el brillo de tu alma que encenndia mis candelas. Fuego intenso, imparable. Capaz de quemar el mesón. Aquel augurio de nuestras cadenas!
Oh calor intenso, rico y potente. Me hervia hasta las entrañas, y tu olor se metía en mis narices, tan profundo que llegaba a oler mis miedos. Miedos ajenos, encontrados entre revoloteo de mariposas. Mariposas que vuelan en un mar de matices, de colores y sabores, de todo tipo.
La primera vez, siempre única y especial, me recuerda como nuestras pieles se encontraron en un abrazo tan desconcertante que el tiempo yacía en un segundo innato, del cual desaparecía entre mis yemas. Aquellas encontradas en tu pelo, volviendo inmortal ese momento. Efímero como el calor que quema la hoguera, se apaga el fuego, se apaga el don de sentir. La primera vez, mágica, imperdible. Desaparece en la rutina. En la comodidad de nuestros días, de nuestras tormentas, y tu olor se vuelve un recuerdo más del ayer, aquel que deseo volver a vivir. 
La primera vez, nunca se repite, siempre se espera, se anhela, se olvida. La primera vez, o la última. 

Vipassana

El mes pasado tuve la oportunidad de realizar mi primer curso de meditación Vipassana. Esta técnica se enseña en cursos residenciales de diez días, donde los participantes aprenden sus fundamentos y practican lo suficiente como para experimentar sus beneficios. Estos cursos son completamente gratuitos; ni siquiera se cobran los gastos de comida y alojamiento. Todo es cubierto por donaciones de personas que, tras haber completado un curso y experimentar sus efectos positivos, desean dar a otros la oportunidad de beneficiarse de la misma manera.

Tuve la fortuna de realizar mi curso en Dhamma Latthika, Battambang, Camboya, un país budista con una rica historia, gran calidad humana y un profundo conocimiento de la técnica. Es común que se confunda Vipassana con una práctica religiosa budista, pero no está vinculada a ninguna religión en particular. Aunque fue redescubierta por Buda, su práctica es universal, sin ninguna intención de conversión. La técnica parte del principio de que todos los seres humanos compartimos problemas similares, y una solución efectiva para ellos debe ser accesible a todos. Personas de diversas creencias han experimentado los beneficios de Vipassana sin conflicto con su fe.

¿Qué es Vipassana?

Vipassana es una de las técnicas de meditación más antiguas de la India. Redescubierta por Buda Gotama hace más de 2,500 años, el término Vipassana significa "ver las cosas tal como son". Es un proceso de autopurificación a través de la autoobservación. Comienza con la observación de la respiración natural para concentrar la mente, y una vez afinada la conciencia, se procede a observar la naturaleza cambiante del cuerpo y la mente, experimentando las verdades universales de la impermanencia, el sufrimiento y la ausencia del ego. Este reconocimiento, basado en la experiencia directa, es el proceso de purificación.

El curso de Vipassana dura diez días, durante los cuales se debe cumplir estrictamente con cinco preceptos: abstenerse de matar, robar, participar en actividades sexuales, mentir y usar intoxicantes. Además, no se permite el uso de tecnología, libros, escritura, ni ningún tipo de contacto visual o físico entre los participantes. El silencio absoluto es una herramienta clave para profundizar en nuestro mundo interior y encontrar soluciones a nuestros problemas desde su raíz, en lugar de buscarlas externamente.

Desde los tiempos de Buda, Vipassana ha sido transmitida por una cadena ininterrumpida de maestros. El Sr. S.N. Goenka, un maestro de ascendencia india nacido en Birmania, aprendió la técnica de su maestro Sayagyi U Ba Khin. Tras 14 años de formación, Goenka comenzó a enseñar en India en 1969, extendiendo la práctica a miles de personas en todo el mundo. Hasta su fallecimiento en 2013, Goenka dejó un sistema bien estructurado para formar y designar nuevos maestros, asegurando la continuidad de la enseñanza.

Mis aprendizajes

A continuación, me centraré en mis aprendizajes y desafíos personales durante estos diez días. Aunque el tiempo puede parecer insuficiente para profundizar en nuestros problemas, el proceso se siente increíblemente largo. Vivimos inmersos en una sociedad saturada de información que ensucia nuestra mente y nos lleva a actuar en contra de nuestra verdadera naturaleza. Durante el curso, me di cuenta de que, capa tras capa, empezamos a descubrir que muchos de nuestros problemas son externos a nuestra esencia. La técnica nos permite ver que esas capas son adoptadas a lo largo de nuestra vida, pero que nuestra verdadera esencia reside en nuestro interior.

Los primeros días fueron particularmente difíciles. Me di cuenta de que cuanto más ansiaba que el tiempo pasara, más lento y tortuoso se volvía. Aprendí que aceptar el presente y fluir con él hace el proceso más llevadero. Conforme aceptaba esta realidad, el tiempo comenzó a pasar de manera más ligera. Paradójicamente, lo que antes me parecía insoportable, dejó de serlo cuando lo acepté.

Otro aprendizaje clave fue que prestar demasiada atención a nuestras incomodidades solo las intensifica. Estar inmóvil por largos períodos puede ser extremadamente incómodo, pero la técnica nos enseña a no reaccionar instantáneamente a estas sensaciones, a entender que son impermanentes. Cuando aceptaba mis incomodidades en lugar de luchar contra ellas, notaba cómo se desvanecían. Me permitió comprender que mucho de nuestro sufrimiento proviene de rechazar aquello que no nos gusta, sin darnos cuenta de que también es parte de nosotros.

La práctica de Vipassana consiste en observar nuestra respiración de manera natural y objetiva, sin controlarla. Nos recuerda que todo en la vida es impermanente, desde lo más placentero hasta lo más doloroso. Al aceptar esta verdad, encontramos paz y libertad en nuestra existencia.

Reflexiones finales

Las enseñanzas de Buda, de la técnica y del Dhamma, nos muestran que nuestro sufrimiento proviene del deseo y el rechazo. Deseamos lo que no tenemos, y rechazamos lo que no queremos, lo que nos hace miserables. Sin embargo, al aceptar la realidad tal como es, las miserias pierden su poder sobre nosotros. Dejamos de identificarnos con ellas y empezamos a verlas objetivamente como pasajeras. Esta aceptación nos lleva a la paz, la armonía y el amor, tanto para nosotros como para quienes nos rodean.

Cuando entendemos que todos nuestros problemas se originan en nuestro interior, dejamos de proyectarlos hacia el exterior. Agradezco profundamente a los maestros de esta tradición por su dedicación a compartir esta técnica, y recomiendo a cualquiera que lea esto que considere la posibilidad de practicar Vipassana. Es una experiencia transformadora que nos ayuda a conocernos y a liberar la mente de las impurezas que nos causan sufrimiento.

Que todos experimenten esta verdad última. Que todos se liberen de la miseria y encuentren verdadera paz y felicidad.

Deseo

Deseo, paradoja de lo injusto, de la lujuria y mezquindad. Deseo, lo que nos hace vulnerables frente al infierno de nuestra mente. Sin saberlo, el deseo es el causante de nuestros sufrimientos, de nuestros dolores. Deseo de poder, de control, de placer. Queremos prolongar lo que nos satisface eternamente, y negar lo que nos causa dolor. Deseo de mantener y deseo de desaparecer. Deseo y deseo, grande aprendizaje nos deja el gran Buddha. El deseo es el causante de nuestros sufrimientos, y sufrimos por mera decisión, de decidir que desear. Anhelo y proyección, fantasías llenas de envidia y manipulación. Hambre de poder. Deseo que el deseo reduzca su impulso, me deje sentir, me conecte con el presente, y apreciar las cosas buenas como las malas, las cosas. Nada bueno nada malo, solo lo que es, vida y paz, libre, sin deseo de controlar, de algo más, de algo menos. Dejar ser y soltar, seguir el ritmo, fluir con las rimas de la vida, apreciar la luz del sol sin quemarme, la oscuridad sin hundirme en ella, siendo lo que soy por esencia, sin quemar, sin arder, sin destruir, solo existir. Existir en el deseo de soltar lo que me genera desear. Deseo de morir. Deseo. 

Futuro

Que implica una relación amorosa? Larga, sería, no una de una noche. Cuando la situación global parece ser tan miserable, planear a largo plazo me parece delirante. Vivir el día a día resulta una manera de protegerse de tanta angustia e incertidumbre. Tengo miedo de tomar decisiones que vayan más allá de mi individual, y en esta individualidad me veo solo, tranquilo, seguro y cómodo. Comodidad que no sé si sea buena, si constantemente me encuentro buscando afecto, sentirme amado y cuidado, y que no puedo esperar conseguir de alguien en una noche. O si? Lo he logrado, conecto y amo constantemente, conozco personas maravillosas, encantadoras, que me dan amor real e intenso de manera efímera y eficaz. Pero se termina, queda en el recuerdo de, que pasaría si? Hasta donde nos lleva la mente a paraísos inciertos, inseguros. La verdad es que me da miedo el compromiso, no sé si sea inmadurez, pero inmaduro no me siento, he caminado descalzo por sitios oscuros, fríos y llenos de dolor. Mi pecho es grande y fuerte, mi espalda está llena de experiencias, mi vida está llena de sabor. Sabor que pruebo y me gusta, que me hace sentir que lo tengo todo, que lo tuve, o que lo busco constantemente. Sabor siniestro, a tiniebla, pero que me encanta palpar como mi historia, real y sincera. Hoy estoy desnudo ante ti, quien lee esto, persona u objeto, animal irrelevante de este encuentro entra la pantalla y tu mirada, entre los ojos de tu alma que observan todo. Ya sabes que lo quieres ya sabes lo que quieres. Pero no, esperamos que nos digan, que nos indiquen, que nos entiendan y nos expliquen paso a paso. Pero la vida es un brinco al vacío, vacío que nos consume cuanto más nos adentramos en el. Desapareciendo en las cenizas del mañana, hoy no somos nada, maná del alma, del oscuro camino que es la vida. Pero allá donde queremos ir vemos la luz, el reflejo de una alma que nos ilumina. Quien es? Que quiere? Porque me ilumina a mi? Váyase, no la quiero. Yo puedo solo. Siempre he podido. No, que es la soledad? Si somos un reflejo de la compañía, de la existencia efímera. Efímera. Somos eternos en la infinitud del abrazo. Abrazo a alguien, abrazo el dolor y la muerte. Abrazo, abraxas, abra los brazos, abra el corazón, abra. O habrá algún sentido a esta tierra? A las letras que hoy escribo sin cesar, sin sentido. Sin cesar, pero, quien es César? Estupido juego de palabras, de canciones que titubean mis labios, mis dedos temblorosos. Me pregunto si al otro lado de esta pantalla habrá alguien que me entiende? Que se identifique? Me pregunto si algún día nos conoceremos. Me pregunto si somos la misma persona. Añora la esencia de tu ser mi bella compañía telepática. Te abrazo aquí hasta los millones de años que tenemos de distancia. Hasta tu cuarto. Hasta tu aliento. Palpita mi corazón de extrañarte. Pero si, nos encontraremos en otra dimensión. Hasta luego amada persona amiga.

Nadie

No soy nadie. Y es que, por que tengo que ser "alguien"? Que significa eso? Si somos cambio constante. Definirnos como un cierto personaje nos encierra en una caja, limitando nuestras posibilidades de existir. Y es que no existimos, no somos quienes creemos ser, ni quienes creen que somos. No. Somos una constante lucha por calzar en lo que creemos, sin poder ser una ni la otra, frustrados por no poder ser lo que queremos y creemos ser, o frustrados por exigirnos tanto que existir se vuelve una molestia para calzar en nuestra categoría de persona individual narcisista, vivimos frustrados de no ser libres de elegir ser cada vez alguien diferente. O bien, es que la diferencia no existe, son categorías absurdas, como bien y malo, correcto y erróneo. No. No soy nadie porque cuando soy alguien dejo de ser quien realmente soy. Y no, no tengo que ser alguien. A la mierda la sociedad. A la mierda los estándares. A la mierda tus creencias. Cada quien elije sus propios valores, y estoy cansado de calzar en una categoría autocreada de personalidad e identidad protegida en mi propia cueva de miedo y frustración. De fracasar, y de ser exitoso. Se ser alguien más de quién creo ser. Pero renuncio a ser, y me conformo con existir. 

Llorar

Por que quiero llorar? No se, pero me lagrimean los ojos, ojos llorosos sin razón, sin saber por que. Me pregunto si hace falta saberlo, solo quiero llorar, dejar sentir y fluir todo eso que tengo estancado, el dolor que me guardo diariamente, como ser humano que soy. Como individuo estoy cansado de ser fiel a mis castigos, a mis sentimientos de culpa y odio, no los quiero conmigo, no más. Y como es que soy, cuando los dejo ir, cuando los escupo lejos de mi ser. Y me los vuelvo a tragar, como miserable empedernido que no sabe que más hacer, que odio me he agarrado. Y que amor tan grande el de seguir luchando, no se. A veces miro la muerte con recelo, o como se escriba pensativo que para todo hay un final, y que ese final me espera. Pero mientras tanto quiero demostrarle que pude, que logré escapar de mis embrujos, y que elegí el dolor que me hacía mejor. Este dolor me parte el alma y ya no lo soporto, lo odio, y como es parte de mi, me odio. Me odio por no cambiar, y me amo por cambiar. Que es esta ironía tan irracional, si, estúpidamente retórica y retorcida, tan de mal humor, tan insensata. Vida mía, la que me he hecho, vida mía, no te culpo. Me has dado lo que he pedido, lo que pasa es que vivo creyendo que no merezco más de lo que tengo, y el cambio ha sido doloroso. El crecimiento duele, el amor conlleva sacrificios, y ya no quiero caminar descalzo por estos clavos de hierro, cuando puedo volar.

10 meses

Ya van 10 meses, desde que me vine a Singapur y tome la decisión más loca de mi vida, de salir de casa, dejar mi familia, amigos y comodidades por venir a un lugar anhelado, que me esperaba desde hace tiempo, pero sin la mínima idea de lo que me iba a afrontar. La diferencia cultural, la indiferencia social, la rapidez y la mecánica de... La vida? Una ciudad que me ha ofrecido mucho, empezando por un nuevo mundo entre la soledad de encontrarme nostálgico y perdido.
Vine acá sin expectativas, y en 10 meses muchas cosas han pasado, pero me cuesta ver esto como 10 meses de una experiencia concreta, la veo como 27 años de una experiencia incompleta, mi vida, tantos recuerdos de casa, de mi mismo, de quién soy, quien fui y quien quiero ser. Sin miedo pero cansado, me he encontrado a mi mismo a través de los ojos del amor y la compasión.
Vaya donde vaya siempre me tendré, y el amor propio es el mejor regalo que he podido recibir, cosa que tránsito diariamente, aprendo constantemente a ser quién soy. 
Perdido en el encuentro de no ser lo que quería, he encontrado lo que quiero, y es la realidad de sentirme vivo, sentirme presente, de entender que el dolor es parte de nosotros, somos sombra y oscuridad, y la guerra maldita entre blanco y negro no tiene sentido. Peleamos contra nuestro propio reflejo, nos exigimos, nos atormentamos y no, yo decido para este juego de autosaboteo infinito. Le pongo fin, y no me ha tomado 10 meses, ni viajar al otro lado del mundo. Basta con verse al espejo y entender que somos el mejor regalo que podemos pedir, y que el dolor se origina del deseo. Hoy encuentro estos textos significativos y valiosos, y me escribo a mi, para enseñarme que he caminado el camino correcto. El camino que elegí .

Instinto

El animal se apodera de mi, dejando ser un mero instinto de supervivencia, explotando en sensaciones irreconocibles, todas racionalizadas, sin trato humano nos perdimos en la mente cuerda, loca de control, control por conocer y entender aquello que no existe. 

Me fui para mis adentros y encontré una bella raíz de avellana, pequeña y dura, empezó a germinar en el interior de mi corazón, la esencia pura de la naturaleza. Avellana, mango, durazno o aguacate. Soy la tierra en la que germina la vida, en mi ser encuentras los nutrientes necesarios para tu existencia.

La esencia del amor me inculca sanar mi alrededor, revolucionar mi presencia a través del tacto cálido, la mirada sensible y penetrante. A través de mi aire respiro tu aurora infinita, suspiro aroma a humanidad.

Todo es prestado, nada es nuestro, nada es. Somos nada y la nada nos complace, con nuestro pensar nutrimos la fantasía de no existir y lo que nos trae somos nosotros. Somos el cuerpo que siente, amor y dolor, placer y sufrimiento. Somo la vida en cada cédula. Vida soy hoy, soy todo, soy yo, instinto.

Belleza

Ir al psicólogo, a un terapeuta, a un consejero, debería tener el mismo nivel de importancia que ir al dentista o al optometrista. Que nos de seguimiento para vernos bien, y sentirnos bien. No ir hasta que perdamos un diente o la vista. Las cuales son atributos tangibles. La salud mental usualmente no se ve, no se valora como algo bello, sino que se ve mal, se juzga y hay que limpiar eso, verlo bello. Ver lo bello. Sanar la mente y sanar el corazón es como sanar un brazo, o un dolor, sin esperar a perder un brazo para ir o una enfermedad terminal. La salud mental es bienestar, es belleza. 

Desaparecer

En la desesperación de existir, termino en lugares inoportunos, o necesarios para experimentar el caos. Caos destructivo que desemblaza mi ser en partes tan pequeñas que no son percibidas a plena luz del día. La oscuridad me sumerge en un deseo profundo de inexistencia, de ir a donde no se crea la espontaneidad. Pero no, me encuentro en lugares llenos de seres inimaginables, conectados a través de hilos cósmicos, en danzas de creación y destrucción, en la desesperanza y esperanza, de encontrar la luz en la oscuridad y entender que no todo es oscuro y que una sola luz puede iluminar el camino que andamos. En la desesperanza, encuentro la calma, de salir de mi ser y no encontrar nada más que mi cuerpo, que mis sentires explotan, sin ningún razón, a ningún lugar, sin sentido. Soy inteligente o estupido, no lo sé, quien define si o no. Lo que si se es que lo claro y oscuro no es subjetivo, y entre tanta oscuridad, la luz del amor nos lleva al destino aparente, aparecido. Sin desaparecer del sol.

Amor y Soledad

Escribo estas letras con lágrimas en mis ojos, preguntándome como pasó, cuando pasó, y por qué? 

Si yo solo quería danzar y sonreír libremente. Y en la pureza de existir, poder sentirme vivo y lleno de amor. Ilusionado por un sueño suave, que me motiva a despertar cada día. 

Conforme fui creciendo, ese sueño se fue quedando sin plumas, sin suavidad... Lo que me hacía levitar suavemente empezó a darme la espalda, a agredirme, a darme cachetadas en la cara.

Lloré, y me rompió el corazón. Pero aún con lágrimas en los ojos me aventé a seguir, a no darme por vencido. Porque mis sueños son más grandes que mis creencias. 

Malditas creencias, que no pude decidir forjar desde pequeño. Las mismas que fueron impuestas sin preguntar, si acaso yo quería nacer. Si eso era lo que quería, si me haría feliz. Yo no pedí nacer, pero acá estoy, al final nadie decide nacer. 

Hoy, de grande, el amor que un día me tranquilizaba el alma hoy es lo que me mantiene despierto. Triste y solo, busco sin encontrar eso que alguna vez tuve y que no sé cuándo perdí.

Lloré tanto que las lágrimas dejaron de tener sentido. Como una roca fría, deje de sentir mis propios sentimientos. Me sentí tan solo, que la soledad se volvió mi último recurso, mi amiga. 

Pero es ahí donde te encontré, amor puro, sabio, y doloroso. En la soledad te he encontrado aislado, sufriendo por errores que no has cometido, pero sin embargo son más tuyos que míos, porque somos imperfectos y ese es el precio a pagar.

Pero no es para morir, no es para nacer. Es para existir y decirte que acá dónde estoy abro mi alma a ti, quien lee esto para decirte que el amor no se ha ido, solo está dormido. 

Guerra

La guerra no termina, aunque me rinda sigue, porque no se trata de huir o ganar, se trata de solucionar lo que la causó, de buscar el motivo de porque sigue destruyendo. 
Quiero detener este fuego que arde ferozmente en mi interior, que busca quemar y destruirlo todo. Y me encuentro en el lecho de mi muerte, cansado de esta pelea que no quise tener. Una guerra de contradicciones en mi interior entre lo que se dice ser bueno y malo, entre la oscuridad y la luz. Quien define la moral que nos distingue del resto de los hombres, de las masas? Si mi individualidad no existe por si misma, siendo formado y deformado por lo externo, mi interior no encuentra una respuesta a esa incoherencia maldita que habita en el aire de la ilusión humana. Humo es lo que vemos, ciegos por el químico, afectados nuestros sentires, no somos más que guerra buscando libertad en territorio muerto y sangriento, pase lo que pase, de aquí no nos vamos con las manos limpias.

Miedo

Del sentimiento brota una necesidad de existir, de presenciar lo bello y eterno, que hace que lata mi corazón más rápido, en una calma inexplicable que respiro. Te veo a los ojos y me salen las lágrimas, de ver a un ser tan hermoso frente de mi. Una hermosura creadora de milagros, milagros que desembocan en mi miedos absurdos, irracionales. El miedo a perder algo que amo, no, el miedo a ser herido por eso que amo, como antes. Me encuentro en el dilema de amar con todo el alma, pero inseguro de hacerlo, vulnerable. Tan vulnerable que me provoca huir, sabotear este sentir.
Pero este miedo de donde viene? Del trauma de ser herido por quién amo, o por quién debería amarme, o por creer que yo, no merezco ese amor? No lo sé, lo pienso y cualquier opción es razonable, cualquiera me identifica, cualquiera me duele. 
El miedo duele, tan profundo que no se puede ver. Como una herida que no sana y se infecciona. Sin sacar la infección, la herida no sana. Quedará la cicatriz y el dolor en la memoria, pero estoy harto de lamer está herida como perro sin sanarla. Mi propia lengua, mi propia saliva está contaminada. De ese amor tóxico que me envenenó, y del cual mi corazón siente miedo. No pido que me ayudes, solo que me entiendas, tenme paciencia, y dame el amor que merezco, que yo te daré todo el amor que tengo.

Lo absurdo constante

Hoy escribo acá en relación al desarrollo personal, a las miles formas que hay de superarse, de ser mejor, de amarse. Pero me encuentro en un dilema, si importar lo que haga, como lo haga, cuanto me esfuerce y cuánto mejore, la barra de mejoramiento pareciera no existir. Quien define que es "mejor"? Y lo mejor? Es una absurda batalla contra nuestra identidad, en la que peleamos diariamente para alcanzar algo más allá, sin valorar realmente quienes somos y lo que ya tenemos. En esta guerra, veo cientos de personas esforzándose, dándolo todo, invirtiendo tiempo y dinero, llenándose la cabeza de conocimiento, y basura. La línea que separa conocimiento de basura es muy delicada últimamente, millones de "coaches" en Youtube diciéndote como vivir la vida, que pensar, que hacer, que comer, a que hora levantarte, como hacer ejercicio... Tanta información, que es imposible absorberla toda. El dilema, radica en que estás informaciones se contradicen, confundiendonos y llenandonos de dudas, si lo que hago esta bien, o si es suficiente, presionandonos duramente hasta que nos quemamos. Y absurdamente, nos quemamos de tanto que buscamos mejorar. Pero, que queremos mejorar? Conozco personas que meditan, otras que hacen yoga, otras van a misa y son fieles creyentes, son deportistas, y otras alcohólicas, adictas, y que comparten miles de problemas entre si. Lo que nos venden, no es real. Personas con una calidad de vida de mierda parecen estar más felices que una persona que va al gimnasio 2 horas cada día. O personas que tienen alguna adicción parecen ser más amables que alguien que hace yoga constantemente. 
La ecuación no siempre se cumple, no es una ley, pero pasa. Pregúntate cuántas veces has visto a una persona perder la cordura vendiéndote una vida de bienestar y salud mental? Es absurdo. La solución radica en que cada ser está buscando lo mismo, simplemente en lugares distintos. Ya Steve Jobs lo dijo "cada religión es una puerta distinta para entrar a la misma casa". Y es que muchas veces no nos damos cuenta que hay más dioses de los que aceptamos, el dios dinero, la droga, el sexo, el ego... Alabamos miles de dioses diariamente sin ni siquiera notarlo. Y el dios verdadero está en nuestro interior, llámale como quieras, lo que buscamos está adentro y simple y sencillamente, no podemos ofrecer lo que no tenemos, ya sea que hagamos yoga y meditación o seamos adictos al alcohol y a las fiestas, o ir a misa cada domingo. Sin antes amarnos a nosotros mismos, la vida seguirá siendo un absurdo constante.

Sexualidad

En el panorama, observo cómo el fuego arde y quema todo a su alrededor, lo consume y destruye, absorbiendo toda vitalidad.
Entre la inmensidad de este poder me siento miserable, atrapado en un ciclo de impotencia y deseo, abstinencia y hambre, de ser parte del fuego, pero de buscar refugio de el, de protegerme a pesar de las quemaduras que trae mi cuerpo.
Absorbido por este océano de aguas oscuras, encuentro miles de peces nadando perdidos, sin rumbo, sin motivo. 
Motivo que no existe, que nos han robado. Esperanza de encontrar lo anhelado en aguas más calmadas, donde se pueda habitar la seguridad.
Tiburones que lo devoran todo, en cantidad, no mastican, solo tragan. Tragan y consumen, sus dientes sedientos de sangre, es el instinto que les posee y los aprisiona.
Sin razocinio alguno, el conocimiento inexistente, desubicado, malinterpretado y confuso, la sexualidad se vive sin sentido alguno al amor.
Cuando la mente abandona el cuerpo, el instinto queda, la mente que nos hace humanos, le da su espacio al animal, violento y salvaje. Donde queda la compasión, la amabilidad, el amor? Desde el instinto tenemos el don de la escucha, la consciencia está dormida, adentro de cada una, de cada uno. Adentro está lo que buscamos afuera. 

La incoherencia

El mundo está lleno de incoherencias, contradicciones que nos definen sin razón. Lo bueno y lo malo son una cosa, lejos de la realidad imaginada, no existen, no existimos.
Solo somos fuego. Fuego que se apaga con el pasar de los días, a veces arde su llama con intensidad, y a veces con la mínima brisa se apaga. Pero no muere, no aún, quedan las brasas de un material sólido que poseyó, en el que se expandió y extendió su calor. Que es el fuego sino lo que consume? Que desaparece a la vez, o se transforma. El fuego de acá y el fuego de allá, es el mismo. Muchas veces calienta, resguarda, protege y alivia. Otras veces destruye, mata y quema.
Esa incoherencia es la que nos pertenece, destruimos para existir y existimos para destruir. Pero esto son solo palabras, símbolos de una cultura impuesta que ni tú ni yo decidimos imaginar pero de la que ambos decidimos acordar, acordar y en ello acortar nuestra existencia. Incoherente somos los humanos que no encontramos nuestro propio ser, en tanta bulla externa nos perdemos en quienes no somos, sin saber quién somos o que queremos ser. Incoherencia, incoherencia pura y maldita que nos divide en seres impotentes, incapaces de controlar nuestros deseos, nuestras necesidades. Incoherente porque aunque creas que lo haces, es una mentira.

Reconozco

Reconozco que soy débil, y que más de una vez pienso que no puedo más, que quiero renunciar, que estoy cansado y abatido, sin motivación.
Reconozco que tengo miedo, de ser quién soy, de darlo todo afuera y abrir mis alas, de volar y saltar al vacío, de no ser suficiente y de sufrir en el intento.
Reconozco que decirlo me hace sentir vulnerable, que con tristeza escribo estos textos, pero con alivio me derrito en ellos, sin saber a dónde llegarán.
Reconozco que soy fuerte, que lucho por mis sueños, que no me rindo, que creo en mi y en mi capacidad, que soy especial y único y que merezco ser feliz.
Reconozco que necesito ser amado, cuidado y acompañado, que no puedo solo, que no quiero solo, y que tengo un amor tan grande que busca encender otras hogueras que ardan con la misma intensidad que la mía.
Reconozco que quiero llorar y no puedo, que me siento solo, muy solo, aunque me tengo a mi, me atrapa la oscuridad del no sentir más allá de mi cuerpo, de mi alma, y de no sentirme reflejado en unos ojos tan profundos como los míos.
Reconozco que soy un hombre sensible, con alma de niño, mi propio maestro, un sanador y alguien sin miedo a expresarse.
Reconozco que soy quien puedo ser, que soy éxito y fracaso, que soy amor y desgracia, que soy efímero y eterno, que soy paz y tormenta, que soy dolor y ternura, que soy yo.

Reconozco que yo soy humano.

pájaro enfermo

Pájaro enfermo, aquel que no sabe volar, que desconoce su voluntad, enjaulado por voluntad propia, inconsciente del efecto mariposa, sus alas dormidas no saben expandirse para alcanzar la suavidad de las olas del cielo, eterno malestar, sin saber cantar, llora internamente, maldiciendo cada parte de sus recuerdos, memoriza lo que no le sirve y olvida lo que le pertenece. Pájaro enfermo, lleno de dolor, sin color, sin amor, no tiene plumas que lo calienten y le protejan del frío exterior. Enfermo está el pájaro como enfermas están sus alas, su visión es corta, y sus vuelos no llegan a donde quiere llegar. Adiós al dolor, adiós a la muerte, elije vivir sano en un mundo enfermo, y decide volar en libertad a la tierra de sanar. 

Renacer

Me siento el cambio, mudando de una piel que ya no quiero seguir usando, que me queda corta. He crecido, y con ello mis necesidades de ropas más cómodas, que respondan a mi estilo. Un estilo firme, sencillo y poderoso. Y a todo esto, soy yo quien decide salir de este hogar, en busca de luz que ilumine mis ojos y los llene de brillo. Brillo de amar, de soñar y de confianza. Confianza de tener que pasar por este dolor incómodo, para moverme donde me irradie el sol, para hechar raíz y dar fruto, para dar sombra y protección, para estar firme y fuerte ante la adversidad, pero más importante, porque quiero ser naturalmente libre, a mis instintos, a mis gustos y a mis placeres. Ven a mi gozo de la vida, que te voy a disfrutar con alegría de saber que he renacido!

Encuentro

Encuentro, cada vez que pienso un momento
De estar estancado en un futuro sin sentido
Todo es mente, de inicio a fin, hasta que queramos no
Salir de eso, y volver al origen
Encontrar nuestra alma, perdida en sin sentidos teatros
Actuar, fingir, pecar
Nuestros placeres se vuelven vicios y nuestros vicios
Ayer te vi y hoy te recuerdo
Imaginar el pasado es el recuerdo del futuro
Y no que sintamos, lo elegimos, lo seleccionamos, lo buscamos
Encuentros que se vuelven palpables en mi piel
Encuentro el escribir un alivio del tormento de mi mente, y me encuentro en ti y en mi

Experiencias

Tengo una colección de experiencias, de todo tipo, de las que me construyen y algunas veces me destruyen. Buscando el sol encuentro caricias en todo mi ser que me recuerdan la maravilla de haber vivido, de estar agradecido por estar acá hoy, escribiendo estos textos, rodeado de calma y de árboles, me pregunto que son esos recuerdos que conservo, de cuando era niño y no me preocupaba el futuro. De cuando era adolescente, y todo me atormentaba. Hoy que soy adulto, extraño al niño que fui, que soy y que quiero ser, jugando en mis campos fértiles entre la mente y el corazón, cosecho el fruto dulce de una espera amarga y tediosa, tratando las ramas del árbol que una vez vi crecer, en el que crecí, y el que hoy extraño. Nuestro hogar se vuelve espuma que se deshace con el contacto de lágrimas, sinceros sonidos, olores que me recuerdan el placer de vivir. Mis perros, mis amigos, mis historias, tantas imaginadas, tantas ahí, quedaron para volver intermitentemente en mis caminos. Desde la aventura hasta la travesura, amigos, amigas, las gracias totales por sus sonrisas, por dejarme experimentar su mayor regalo. 

Asesino

Con las manos llenas de sangre, lágrimas en los ojos y dolor en el alma, te asesino. Ya no te necesito, y necesito espacio para mi nueva creación, destruir, para construir, nuevas personas, nuevos caminos, nuevo yo. Adiós, que ya no te quiero, me separo de ti, del mal que me ata a la vergüenza, al odio, a la impotencia de no poder ser feliz, y con una sonrisa en mi cara, disfruto este momento de separación y dolor, morir para renacer, cambiar de piel, romper el cascarón, salir afuera, dejar mi hogar, convertirme en piedra, sanar la herida, volverme fuerte, quebrarme, desdicha la vida que me trae aquí, camino entre el polvo de mis recuerdos, mis memorias quedan en el olvido. Hoy renazco en un ser maravilloso, lleno de amor, dispuesto a darlo todo por si mismo.
Vulnerable y fuerte, de los escombros florece un nuevo amanecer. Soy la luz que ilumina mi entorno, soy arbol, soy aire, soy agua, soy fuego, soy tu y tu mi espejo. Gracias y adiós.

Dejar ser

Dejar ser, lo que me provoca pensarte, esas ansias de volverte a ver, de tenerte entre mis brazos y besarte como si fuera la primera vez. Y es que en mis manos no hay comprensión para entender que lo nuestro haya ocurrido, entre las caricias de mis yemas y el gemido de tus labios.. me dejo ser. 
Respiro hondo, disfruto, el recordarte, pero disfruto más un presente en el que guardo tus caricias en mi ser, en mis venas y en cada célula de mi cuerpo. 
Te extraño, no te miento, y con cada latido de mi corazón el sentir se hace más profundo, a la distancia, me enamoro cada día más de ti, a la cercanía, hasta me cuesta respirar, de saber que a ti es a quien quiero besar por el resto de mis días. 
Resto quedan, si es que existes, encuentrame.

Abraxas

Estar tan cuerdo me va a volver loco
Vivo en un mundo donde la fantasía desaparece con la realidad.
Realidad que parece conocida ante los ojos de un extraño, con el que comparto el espacio que no habitamos.
No habitamos lo que creamos, porque no existe una realidad más allá de la que elegimos creer. 
Entre la bondad y la maldad me hace creer que el mundo no está sano.
O es que yo estoy enfermo, que lo veo tal cual es, como un sueño sin espíritu.
Entre el odio que cargo encuentro la perfección, en un ser imperfecto, digno de amor.
La incoherencia de esta sincronía es que cuando ignoraba, creía que sabía. Hoy que observo, me doy cuenta que no se nada.
Que la realidad solo es percibida ante unos ojos profundos, que perciben dicha realidad desde el interior del alma, y de ahí crean el mundo.
Mundo que se vuelve infierno, donde la maldad reina el orbe de la infinita ignorancia, ignorancia que compartimos por el hecho de no sentir. Para nacer hay que morir, destruir nuestra casa, pero para morir hay que vivir, darle sentido a lo desconocido, presencia a lo que no existe.
Malo, bueno. Claro, oscuro. Negro, blanco. Vacío, lleno. Amor, odio. No, si. Que la vida nos separe de esta tortura, que nos ayude a ver, la oscuridad en medio de la claridad, el amor en el odio de un ser herido, sin sentido, sin ganas de vivir, pero con miedo de vivir. Mentira, verdad. Nos da miedo vivir, y por eso idolatramos a la muerte. Nos da honor, nos infla el ego. El poder, la insensatez, egoísmo puro y centrado en uno mismo, el malestar de la cultura, siendo enajenada, fragmentada en dos. Dos que no pueden ser iguales, que son únicos. Dos elementos opuestos, que se complementan, se alimentan, sin uno no existe el otro. No podemos negar la existencia de.... Somos impureza, y nos gusta. Pero somos blandos, a nuestro dolor, a nuestro miedo. No encontramos la salida a tanto malestar. O maldito malestar, que me parte en dos... No soy uno, no soy dos, no soy el ni ella. Pero soy ambos. 

5 meses

5 meses han pasado
Y la luna me hace sentir a tu lado.
Me invade el tierno recuerdo
Que en tu hermosa mirada yo me pierdo
En las memorias queda el pasado
Cuestionando si existe el pecado
¿Peca quien no te ama, o peca quien te ama?
Así como en la oscuridad encuentro la calma
Asimilando mi existir no siento ni el alma
Ocupo tiempo, espacialmente,
Y ocupo tiempo, necesariamente.
Cada avión que aterriza me recuerda
Cada avión que despega... recuerda,
Se va con las ganas de amor intenso que en mi ser habita, es mi hábitat, es mi, es. 

Se acabó la guerra

Ya no quiero pelear más, está guerra sin sentido, en donde ambos seres somos igual de fuertes, pero nos herimos, nos lastimamos, y ambos perdemos. 
Me rindo, cedo a la batalla y acepto que es parte de existir, de ser quien soy, y no por que sea débil, sino porque se lo fuerte que soy.
Ya no queda más, este dolor deja memorias sentidas y permanentes, pero hoy elijo ser feliz y darme una vida placentera y amorosa.
Me rindo ante la vergüenza, ante el miedo, ante la idea de esperar ser perfecto para aceptarme, a mis historias.
Ya no les creo, me decido por mi futuro, y lo quiero limpio, sano, y amable. En mi vida hay creación y destrucción, pero no soy eso.
Soy yo, y solamente eso, nuestros miedos son sombras alimentadas por nuestros pensamientos, somos aire.
Aire que respira y suspira, que florece en el amanecer y descansa al anochecer, somos gloria, amor y abrazos.
Somos las caricias del ayer, nuestro cuerpo tiene memoria, y no olvida, pero hoy elijo amarlo, hoy elijo respetarlo.
La guerra ya terminó.

fracasar...

A veces solo quiero llorar, necesito permitirme sentir, el dolor de no poder, de descansar, de rendirme aunque sea por un momento, no ser tan terco y escucharme, pero bloqueo todo esto con un pensamiento, me rindo a mis deseos, no, a lo que creo desear, a lo que me satisface, no, de lo que aprendí a sentir satisfacción. Yo mismo me empujé a esto, y constantemente lo hago, me siento débil, al igual que me siento débil por no saber, por fracasar, me duele fracasar, pero fracaso para sentir que tengo razón y que ahí pertenezco. No quiero fracasar más, no de esta manera. Soy humano, el fracaso es parte del éxito, al igual que la oscuridad y la luz forman parte del mismo entorno. Somos luz y somos sombra, lo oscuro de nuestra alma refleja la luz de nuestra mirada.

La culpa

Siento culpa de no ser "bueno", de no darme el bien que merezco y que quiero, de refugiarme a través de una pantalla. Siento culpa de no ser lo que debería de ser, capaz e inteligente, presente y enfocado. Me siento muchas veces sin rumbo, haciendo cosas a medias, persiguiendo lo que ya tengo y huyendo de mi mismo. No puedo huir más, fracasé en el pasado me dejé herir, no supe defenderme, no sabía quién era ni que quería. Hoy ya no quiero ser un fracasado, quiero ser un hombre, que mira al frente, que afronta las consecuencias de sus decisiones, y que su inteligencia le permite proyectar el futuro para tomar decisiones más certeras. Hoy doy un hombre seguro, capaz de comerse el mundo. El hombre que se domina a si mismo ya lo tiene todo. Soy feliz y soy apasionado. Soy el adulto que siempre quise ser, me perdono por no creerlo antes, por sentirme fracasado cuando solo soy un ser más. Paso a paso me adentro en la oscuridad de mi alma, sin miedo, confiado en que al final del túnel está lo que me espera, está lo que busco, estoy yo. No fracaso, existo. No soy malo, soy humano.

Reconocer

Reconocer y aceptar son dos cosas distintas, reconozco que en la vida hay cosas de mierda y cosas hermosas, benditas y malditas, malas y buenas, como sea. Pero no acepto que eso sea yo, aunque acepto que vivo en esta realidad ajena a mi creación, la cual se refleja en mi, en lo que soy y decido ser, y que lo malo que me suceda en la vida, no soy yo, al igual que lo bueno. Soy un ente aparte, decidido a existir en el amor y en mi cuerpo, transformando mi existencia en esencia sanadora, nutritiva y cuidadora. Soy lo que decido ser, rompo mis cadenas del pasado, y cambio mi futuro con mi presente. Hoy decido ser amor, amor propio, amor eterno. Lamento mis errores del pasado, a quien herí, pero reconozco que también les hice feliz, y sané heridas, soy un constructo de fracasos y procesos, éxitos y conquistas, ego sin sentido, yo. Reconozco, pero no acepto, porque lo único que no cambia, es que todo cambia.

Árbol

Quiero ser un árbol, hechar raíces fuertes y sanas, que se nutran de su entorno,nquende sombra, que de fruto, que sea hogar.
Quiero ser un árbol, tan grande como su espíritu, sabio, poderoso, siendo en el presente, aceptando.
Quiero ser un árbol, con frutos ricos y dulces, que alimenten generaciones, que de madera para construir templos y ciudades inigualables, que lo que respire lo purifique.
Quiero ser un árbol, que limpie el aire, que se alimente del sol, que fluya con la brisa y la lluvia, que en sus peores momentos se mantenga firme, y que brille en el estar del momento.

Lilliam

Lilliam, el nombre que resuena en mi corazón, que más que un nombre es la vida de un ser lleno de amor, espíritu e inocencia. La vida misma vuelta persona, amor, y sonrisas. La persona que me acariciaba cuando estaba triste, me traía un vaso con agua cuando lloraba, me sonreía cuando estaba enojado, me amaba, me amaba, me ama, te amo. 
Lilliam, la persona con la que renía a carcajadas, con la que me peliaba, con la que pasábamos horas de horas en una galera, armando rompecabezas y escuchando música en una grabadora de antaño, escuchando la radio, bailando, sonriendo. Armabamos el mismo rompecabezas, una y otra vez, lo armabamos de diferentes maneras, cada día, varias veces, celebrabamos. La vi llorar, sufrir, y se me partió el corazón, resiliencia, amor, solo amor, el chavo del 8, nane, oh oh...
La que me enseñó a amar, mi tía, mi hermana, mi amiga, mi amor. La que me abrazaba hasta sacarme el aire, la que me besaba, la que me miraba, desde el alma y me sonreía. Que sufrimos sino nuestra propia miseria, y ella sonríe, ama, estoy bien, tengo hambre. 
Te extrañaré, vuela alto, que la fortuna de tenerte en mi vida no pararé nunca de agradecerla. Gracias por construir un legado sin utilizar las palabras. 

Me enamoré

Me enamoré, encontré al amor de mi vida
A mi alma gemela, mi media naranja
A quien siempre he estado buscando

Me enamoré de una persona especial para mí, a alguien que me entiende, que me conoce, que me acepta tal como soy

Me enamoré de alguien a quien admiro,
De quien estoy orgulloso y feliz de compartir esta vida a su lado

Me enamoré de una persona hermosa, que aunque no es perfecta es encantadora, me fascina conocerle cada día más.

Me enamoré de una persona que me inspira a vivir, a sentir la vida con todos mis sentidos, pleno, en el presente.

Me enamoré, y estoy feliz de hacerlo cada día, de amarle, de respetarle, de acompañarle.

Me enamoré de mi. Me enamoré de ti.

AHHHHH

AHHHHH, quiero gritar, para poder sentir aquello que olvidé.
Me vuelve loco saber que nuestros pensamientos son nuestros más malos amigos.
El mundo es puto, es injusto, es lo que es, soy yo, somos tu y yo, somos nada.
Maldita galaxia que me trae aquí a experimentar su existencia, sin siquiera preguntar.
Maldito discurso, que me derrota el alma y me deja caer al abismo del inframundo.
Si es que existe el infierno... Creemos que vivimos bien, pero ya estamos en ese infierno.
Lo vivimos diariamente, somos parte de el. Somos infierno. Somos palabras y conceptos vueltos símbolos, en nuestras mentes y en nuestros corazones.
Nos repetimos constantemente que no sentimos, creyendo que al ignorar, desaparece.
Pero somos eso, ignorantes de nuestra propia existencia, de nuestra propia humanidad.
Como vivir en un mundo en el que ser bueno es símbolo de debilidad. Como ser fuerte cuando ser fuerte causa destrucción y malestar. Ser "fuerte", ser maldito. Sea humano, y a la verga sus caprichos. 

MY LOVE

Perseguimos la vida mientras la dejamos caer entre nuestros brazos

se nos resbala entre los dedos y nos encuentra huyendo.

Constantemente buscamos la vida donde no está,

en otras formas de estructura que no nos pertenece.

 

Corremos en busca del amor, de la esencia que nos hace sentirnos vivos,

para darle una razón a esa existencia tan diminuta,

tan egoísta.

 

Somos, amor y ego,

destrucción y odio,

de todo lo que cosecho

somos el reflejo.

 

Entonces, me encuentro aquí otra vez,

escribiendo unas palabras sin total sensatez,

buscando el amor en otras pantallas,

en otros reflejos,

en otras miradas.

 

Pero, me encuentro con mi reflejo

viéndome a los ojos, me doy cuenta de que no hay mayor amor 

que el que me entrego a mí mismo.

 

Me amo incondicionalmente, y tengo el valor de decirlo,

amo cada parte de mi ser, de mi vida

y es gracias a ese amor que hoy te amo, vida

amo amarme, amo que me ame, amor a mi.

 

Mi corazón, mi casa.

My home,

my love.


Miedo

Tengo miedo de perder lo que he conseguido, pero se que no tengo más que el recuerdo de su existencia. Quiero un amor que quiera que la quiera y me quiera de la misma manera. Amo cuidar, dar amor y ofrecer cariño, pero lo necesito de vuelta, necesito que me abracen y que me digan que todo va a estar bien, que nada es perfecto y que hago lo mejor que puedo. Quiero un amor que me entienda aún cuando yo no lo hago, y que me ayude a entenderme, a comprender que somos un soplo en medio de la inmensidad. Quiero perderme en unos ojos poderosos, que me lleven a conocer la luna, en el mar, en la montaña y en su cama. Quiero ser lo que ya soy, aceptando mi sentir, mis valores, mis miedos y mis derrotas. No me rindo, no me rendiré, necesito respirar, pero se donde quiero estar y me lleno los plmones de armonía, por esta vida amada, a la que le agradezco tanto. Soy inmensidad conjunta, con encuentros de luz y oscuridad. Soy la tempestad de mis tinieblas en busca de amanecer. Cambio, crear, destruir, renacer. Soy todo y soy nada, soy Luis, alma valiente en busca del despertar.

Quiero un amor

Quiero un amor que quiera que la quiera
Pero que me quiera de la misma manera
Que me cuide y me abrace
Y que con ella me case

Quiero un amor con el cual perderme en su mirada
Y navegando su alma pueda conocer la luna sagrada
Desde la playa, desde la montaña y desde su cama
Quiero que sus besos sean placer de cada madrugada 

Quiero un amor que quiera que la quiera
Y que me quiera de la misma manera.

Erotica

Quiero que nos demos placer

que me muerdas los labios mientras agarras mi espalda

escuchar tus gemidos mientras entro en tu cuerpo

y saboreo tu aroma


quiero encontrarme cada mañana a tu lado

sintiendo tu calor en mi pecho

y tus nalgas en mis caderas


quiero darte placer

y que te mojes hasta el pelo

que sudemos toda la noche

el dia y la cama


quiero encontrar tus manos en mi cuerpo

tu lengua en mi piel

y mis ojos en los tuyos

verte el alma mientras me abrazas con tus piernas

y exploramos el placer con nuestras extremidades


Quiero que nos demos placer

Y con el darle sentido a nuestro existir


Luis Manifesto

 Manifiesto mis emociones, mis sentires, mis pensares. Lo que vivi y lo que quiero vivir, me senti solo muchas veses, incapaz de comprender lo que pasaba, lo que me pasaba y mucho menos lo que queria, me senti muchas veces sin rumbo, a lo desconocido, no, a lo que no quiero. Me dijeron muchas veces que no podria, que seria incapaz, que ni lo intentara, y aca estoy, lo he logrado todo, me siento completo, pero con un monton de pedazos, roto por dentro y por fuera, no sabia que hacer con tantaz piezas de un rompecabezas sin orden alguno. Encontre a una familia, biodanza Costa Rica, y me agradeci que tenia tantos pedazos, ya que los pude compartir, con la seguridad de que iba a ser cuidado y amado. Tuve que aprender a amarme, para sanarme, tuve que aprender a llorar, para desahogarme, tuve que aprender a ser humano, a reencontrarme con mi alma, aunque mas de una vez no la encuentro, se me escapa entre las manos. Se rieron de mi, por expresar mis sueños, pero yo me alegraba de que tuvieran una razon para sonreir, en esta miserable vida es dificil sacar una sonrisa. El sol brilla cuando abres los ojos, me di cuenta del poder que tengo, de que mis sueños no tienen limites, de que mi corazón a pesar de los fracasos, a pesar del dolor, solo quiere entregar amor. Muchas veces no me comprendo, ¿por que amar a quien no ama? ¿que gano? ¿quien soy? ¿de donde vengo y que quiero? Somos un suspiro de la existencia, que no vale la pena pensarlo, no vale la pena ser infeliz, y sin embargo, ser infeliz es parte de la vida. ¿Como podemos ser felices si no sabemos que es la infelicidad? Todo se complementa, somos opuestos, somos uno, simplemente, no hay blanco ni negro, solo gris, no hay extremos, solo continuidad. Tuve que aprender a abrazar mi odio interno, mis demonios, hacerlos mis amigos, y aun me cuesta creer que son parte de mi, no los quiero, los odio, pero son parte de mi, no puedo ser perfecto, y los necesito, para que me indiquen cual es el camino del bien. Les soy sincero, he pensado en rendirme muchas veces, es mas facil, para que esforzarse en una sociedad que castiga el esfuerzo. ¡NO! ¿cuantas veces quise decir esto y no pude? haciendo cosas que no queria, compartiendo con personas que no queria. Maldición. Maldición de ser quien soy, o bendición de existir. Me dije muchas veces que iba a ser mas positivo, que dejaré de hablar mal de las otras personas, que leeré más, que haré más ejercicio, que aprenderé a producir y mezclar música, que escribiré un libro..... pero ya escribí un libro, me doy cuenta que leo lo suficiente para estar donde estoy...escribo mi música, y la disfruto, la quiero compartir, hago el ejercicio que mi cuerpo me permite, pero, también me dije que queria estudiar una maestría en un país que hablara inglés, en planificación urbana, y acá estoy en ponche Singapur. Nunca me entendí, pero siempre supe lo que quería, tantas cosas que quiero, pero me di cuenta que no se como disfrutarlas, como disfrutar del presente sin estar ausente, pensando en lo que hice mal, en lo que no hice, en lo que quiero y en lo que no tengo.... maldito capitalismo, lo unico que digo, somo objetos que producen, maldicion, ¿como llegamos aqui y como salimos? me encuentro constantemente en un laberinto sin salida, tal vez es cuestión de matar al minotauro, abrazarlo, amarlo, quizá es la ayuda que necesito para salir de aquí, de mi mente. Herí a personas que eran muy importantes para mi, y todo por no sanarme primero, me pregunto si llegará el momento en el que me sienta "sano". La gente se preocupa, intentan ayudar a ver, mientras estan ciegos.... no funciona, no hay comprensión, la expansión de la mente, cuerpo y espíritu.... energía, quiero enamorarme, sentirme libre y capaz, de encontrar a alguien que comparta mis sentires, mis pensares, que disfrute de los besos tanto como yo, y que me quiera amar. Tuve que apreder a decir esto, con un nudo en la garganta, NECESITO AMOR, y tengo mucho para ofrecer, quiero a quien lo quiera con amor. Aprendi a ser mejor hombre, a estudiarme a mi y a la sociedad, pero para ser sincero no me hago mucho caso, soy un rebelde sin causa intentando ser mejor, cada dia mejor, como es que logro todo y no logro nada, que putas este sentir. No tiene sentido lo que lees, tampoco tiene sentido como saber leerlo, el lenguaje de la vida es una loquera, maldita inteligencia que nos hace comunicarnos, maldita estupidez que no nos permite hacerlo. Hoy escribo, hoy lees, ambos existimos, tu en mis letras, yo en tu mente. Me senti solo muchas veces, pero acompañado de gente hermosa, conocí muchos lugares, ¿cuánto más me falta? amo! me permito volar a donde mis alas me alcancen, gracias a las personas que me ofrecieron un hogar en su corazón y me dieron refugio en las noches de tormento y frío, a las que no, no las odio, también las amo, me permitieron ser fuerte y entender que toca salir de las zonas de confort para crecer, para florecer. Hoy veo la vida con esperanza, mis ojos brillas con la fuerza que palpita mi corazón, y lo unico que puedo decir es GRACIAS LUIS por nunca darte por vencido, por abrir ese corazón a la vida, por ser quien eres donde sea que estés. 

Torpe

Me encuentro siempre en este dilema de entender cosas que no comprendo, sin explicarme a mi mismo si es que no puse suficiente atención, o solo me disocie por unos segundos, soy o no soy torpe, creo que no, que es mi ganas de entender todo lo que me desconcentra, veo más allá de mis ojos, mi mente apenas procesaa información que le envío, me detengo en cada momento a pensar. Que torpe soy, que no me dejó sentir y fluir. Entiendo la vida, pero no la puedo explicar, me llamaron torpe de niño, por no seguir al resto. Me llamaron torpe por hacer reír al que ríe, si la sonrisa es oro. Valoramos cosas que no nos dan valor, nos quitamos valor, somos torpes. A veces me encuentro procesando tanto que me entorpezco, digo más de la cuenta, mi lengua se afloja, mi mente se desconecta. Soy inteligente por fingir ser tonto. Que pereza aparentar ser inteligente, ser listo. Es más fácil ser torpe, pasar desapercibido, y haces reír. Que difícil existir en un manicomio de ignorancia. Solo quiero salir al sol y encontrarme con el fuego de mi existencia, quiero arder hasta no poder más, sentir mi corazón palpitando sangre. Respirar. Y entender que soy arte, maravillosa sinfonía de las luciérnagas, dando luz a la oscuridad.
Luis Jiménez Vásquez. Con la tecnología de Blogger.