3 consejos

Estoy acá, a la vuelta de la esquina.
No me escondo. Puedes llamarme y encontrarme cuando quieras.
No me voy a ir, sigo presente, constante,
cada vez más certero de que lo que hago tiene valor,
es amor, y es sincero.

Me entrego el alma en esto, no lo niego,
sin siquiera saber si tengo talento.
Pero no lo hago por eso, ni por el dinero.
Lo hago por la satisfacción inmensa
que me da sentirme vivo, sentirme entero.

Sentirme en mí. Sentirme amado.
Amado por la vida, por mí.
Porque yo soy la vida,
y la vida soy yo.
El nombre de aquello que no tiene nombre,
y que, sin duda, puedo concebir.

Energía que plasmo en el detalle de estas palabras.
Sabrosas.

No tiene ni sentido el nombre,
ni lo que quería decir,
ni el título, ni las ideas.

Cuando empiezo a escribir,
no sé qué va a pasar.
Solo expreso, suelto la mente,
dejo que mis dedos tecleen las letras de mi inspiración.

Y, mediante los códigos del lenguaje que compartimos,
pueda transmitir lo que siento.

Me pregunto a quién, si es que alguien me lee.
Y si lo haces, ten claro esto:
aquí estoy, y aquí estaré.
No me he ido, y no lo haré.

El cambio es constante, sí,
pero es una transformación,
la continuidad de una obra de arte.
No su fin.

Tres consejos:
que nada se acaba,
que el amor se aprende amando,
y que nuestro mundo
es un reflejo de nuestra mente.

Te amo, querido lector.

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Luis Jiménez Vásquez. Con la tecnología de Blogger.