Engañados
By: LuisJiménezV - sábado, 22 de febrero de 2025
Me encuentro meditando sobre la soledad del ser, desde que nace, se reproduce y muere. Si es que se reproduce, si es que muere. Eso no importa ya, lo que importa es hacer algo con el nacimiento, sin responsabilidad absurda de haberlo elegido, pero con la responsabilidad compleja de ponerle el pecho. A la vida, a las balas, al dolor. Que somos si no ese dolor que causan nuestras acciones, desde el pensar hasta el extrañar. Aquí en extrañamos si no a nosotros mismos, a lo que perdimos en el proceso de reproducir y morir. Que vamos a reproducir si no el dolor? Antes de ello me exilio en un auxilio ahogado, callado por calmar, la calma, el mar. Ahí está mi potestad. Y morir para que, si no se vive, si aquello que creemos vivir esta excluido en nuestro pensamiento. Extrañamos no ser mas esa fuente de libertad de nuestros propios deseos, reprimidos estamos en la superficialidad de lo absurdo, lo cultural, lo social, lo sistémico, lo inconsciente, lo impropio, el ego. Maldito ego, mi alma no te pertenece, aún sacándome las tripas incontablente, tomaré de ese fuego que me hace sentir libre, porque se que el fuego no quema. No tengas miedo águila desplumada, que cambiando de piel las serpientes renacen.
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