Soledad

Soledad, eterna compañía, insensata, nos acompaña en cada rincón, desde el interior. No es lo mismo estar solo que sentirse solo, pero que tanta culpa tenemos de sentirnos así? Que nos han enseñado y que hemos aprendido, escuchar y expresar, somos barreras emocionales, perforadas por un ego mediático, narcisistas en potencia nos encontramos consumidos en pantallas, objetos, dinero, ajeno. Lejos de la presencia, de la empatía. Que difícil es decir a alguien lo que sentimos, sin sentirse juzgado, por cada perspectiva e historia que moldea cada visión. Traumas, heridas, dolores sin sanar. La cura? El amor. Que importante es sentirse escuchado, entendido y amado. No por ti, sino por mi. No por mi, sino por ti. Sin data, maldita data que nos convierte en números, en proyecciones, en estadísticas. Solo quiero amar sin ser juzgado por mi manera de hacerlo. Sin censura, sin filtros. Quien tiene la capacidad de entenderse a si mismo sin bloquearse conoce la libertad, quien conoce la libertad encuentra la paz, el balance entre agonía y alegría, nunca dejaremos de sufrir, pero la compañía siempre hace el camino menos doloroso. Rechazar esa compañía? Es rechazarse a si mismo. La distancia, escusas, compromiso.