El privilegio de amar y ser amado

Hace casi dos años que vivo en Singapur, crucé el mundo de lado a lado para experimentar mis sueños, probarme a mi mismo lo que puedo lograr, abrir mi menta y mi corazón a nuevos horizontes, culturas y aprendizajes. Salir de mi zona de confort para expandirme. Como lo hice? Deje, si así se puede decir, pero ahí están, porque lo construido no se destruye, solo se transforma. Mis vínculos amados, algunos de los muchos que tengo, se quedaron en Costa Rica, y desde allá me han enviado el amor y la fuerza que necesito. No se puede volver sin un nido, no se puede saltar sin una base segura. Mi privilegio? Ser amado. Como se logra? Amando. Amando profundamente. Con lágrimas en los ojos recuerdo los abrazos, las palabras de apoyo, las sonrisas, la ayuda. Solo no pudiera. Solo no me hubiera gustado. Mi mayor logro no fue llegar a Singapur, fue entender el privilegio de ser amado, de recibir bendiciones, y apreciarlas como el regalo más hermoso quepueda existir. Gracias a la vida por permitirme experimentar esto con mi cuerpo, con mi alma y con mi corazón. Gracias a esas personas, que están y siguen estando. A las que estuvieron, el aprendizaje es continuo. Somos continuidad de vínculos impermanentes. Y el privilegio? Queda en el recuerdo de haber sentido y poder hacerlo de nuevo cada vez que les pienso.