Efimero

Que sentido tiene sacrificar el esfuerzo, la disciplina, lo logrado, por momentos efímeros de placer? Que significado tiene sabotearse de tal manera, acompañado de culpa y angustia por sentirse estancado. Saber lo que nos hace bien, reconocerlo, salir a buscarlo, diariamente esforzandose, creciendo. Lo tienes ahí, en tus manos, te sientes magnífico y grande. Sabes que lo has logrado. Esta sensación de bienestar impecable, de saberse triunfante, de nuestros propios demonios. Pero esta sensación? También es efímera. La diferencia? Es que lo logrado no, tus éxitos, las experiencias vividas, son tuyas. No se van. Pero, porque sacrificar eso? En segundos, minutos de tentación que se traducen en estupidez. Humanos insensatos, somos presa de este demonio llamado odio. Odio que se yuxtapone a la culpa, a la amargura, a la sensación de saberse no merecedor. Que sentido tiene? Hacerse bien, una dieta que te ayuda a sentirte pleno, saludable, fuerte, enérgico? 2 semanas de comer saludable, un esfuerzo que por más difícil que parezca, vale la pena, y lo sabes, tu cuerpo lo sabe, tu piel, tu cara tus órganos sonríen, tus cercanos lo notan, te sientes feliz. Sabes que es lo más valioso que puedes tener, salud. Felicidad. Lo sabes, tienes la receta, solo tienes que evitar las frituras, el azúcar y las gaseosas. El alcohol y comida chatarra. Ya tu cuerpo te lo advirtió. Fuiste al hospital, has gastado mucho dinero. Has pagado sanadores, maestros, guías, leído y vuelto experto en lo que debes y no debes comer. Es sencillo. Lo sabes. Lo tienes. Lo logras. Un día, caminas feliz, con energía, sintiéndote satisfecho de tus logros. Y ahí lo ves, en un estante, reflectante. El sabor de la derrota, de un pequeño desliz. Pensabas que era inofensivo. Solo con observar no te iba a pasar nada. Los recuerdos invaden tu mente, las sensaciones pasadas, la dopamina desbordando tu mente. Te vuelves débil al impulso y proceder a probar. Te dices a ti mismo que te lo mereces, que es solo una vez, que será la última, que ya tienes todo bajo control, pero cuando menos te das cuenta, estás ahí, con las manos sucias, los bolsillos vacíos, al igual que tú alma, o tu corazón. En tu mente te invade un pesado sentir de culpa, de odio, de frustración. Te das cuenta que no lo necesitabas, que estabas bien que te defraudaste. Pero está bien, has aprendido a sobrellevarlo, a amarte a ti mismo y a ser autocompasivo con el proceso. Una caída no te define, una derrota no te define. Eres lo que haces con ello. Cada vez que te levantas y luchas con más fuerza. Pero te dices, que sentido tiene seguir cayendo, resbalarse en la misma piedra, caerse de maneras diferentes. Es la costumbre, y no la necesitas. Has cambiado, pero tienes que aprender a vivir en la incomodidad hasta transformarla en tu zona de confort. Adaptarse duele. Pero, tirar por la borda tu proceso, tus logros, tu felicidad, sencillamente no tiene sentido. Y aunque duela, lo efímero nunca dejará de existir y la muerte no es más que un reflejo de esta realidad, en donde la misma no existe. No hay fin, solo continuidad. No hay muerte hay transformación. No hay derrotas, solo aprendizaje. El muffin estuvo bueno, pero nunca lo necesitaste, sos humano, tienes antojos y no es pecado caer en ellos. Pero si hacerlo te hace sentir mal, no lo hagas. Somos el reflejo de nuestras acciones, y no lo que los demás piensan de nosotros. Asumimos complejidad constante. Nos creemos el centro de la tierra, que todos nos ven nos critican y nos juzgan. Pero no, a nadie le importa y por tal motivo, tu única motivacoon debe ser tu mismo. No lo hagas por demostrar nada a nadie, hazlo por ti y solo por ti. Aunque nadie se de cuenta que te lo comiste, aunque nadie sepa que sufres en silencio por ello, aunque nadie note que tengas un problema, que te vean sano lleno de amor y energía, aunque crean que tu vida sea perfecta, aunque vean la superficie de tus cicatrices, no te dejes caer más por cosas que no te mereces ni te hacen bien, la espera es amarga, pero valdrá cada maldito segundo. No te desesperes, sigue con tu rutina, no te sobre esfuerces, solo no la cagues, se qué es muy fácil decirlo, pero solo tú puedes hacerlo. Eres el dueño de tus decisiones. 

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Luis Jiménez Vásquez. Con la tecnología de Blogger.