Hoy escribo sobre la división,
o como lo dije anteriormente, fragmentación.
Aquello a lo que estamos expuestos en repetición,
históricamente sobre la reencarnación.
Y es que lo que reencarna no es el cuerpo,
o el espíritu, lo que reencarna es la esencia.
Es la consciencia, la mente. Al estar alienado,
nos separamos de quienes somos para encajar en
lo que creemos que debemos ser.
Digo creemos, porque, al final de cuentas,
¿quien te dice que debes de ser?
siempre va a ser uno yu na misma, quien pone el limite
y quien pone las condiciones.
Asi que, ¿por que elegimos ser o que somos?
Nadie es perfecto, la perfeccion no existe, y sin embargo,
somos perfectos por ser unicos, la perfeccion se cree
que es algo universal, pero la perfeccion se origina en la unidad.
Somos perfectos al ser quienes somos, por eso debemos unicamente
aceptar quienes somos, pero para aceptarlo, tenemos que aceptar a los demas.
Eso es lo mas dificil, tenlo claro.
Para aceptarte a ti mismo, primero has de aceptar a los demas.
Es muy profundo todo, dependiendo desde donde lo veas,
la claridad siempre llegará, como dice mi hermanita:
"al final todo siempre estará bien, y si no lo está,
es que no hemos llegado al final."
Pero, ¿existe un final? ¿final de que?
¿que somos? ¿que define nuestra existencia?
Creemos que le tenemos miedo a la muerte
y pensamos que es lo peor, pero, la adoramos.
Idolatramos la muerte, hablamos de ella constantemente,
la deseamos, y es nuestro fin, la buscamos y ¿saben que es lo peor?
que a lo que en verdad le tenemos miedo es a la vida.
Le tenemos miedo al amor, a la libertad y a la felicidad.
Por ello, se le rinde culto a la muerte, la creamos,
y la creamos al creerla, entonces ¿que es la muerte? Acaso es una sola creencia, creencia tan poderosa que se vuelve cierta, o es solo una ilusion y se que mis palabras causan gran confision. No seguire. Pero vivamos, para que la muerte tenga sentido.
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